domingo, 22 de octubre de 2006

Cuaderno patagónico XIII


Entramos en la región de Magallanes y Antartida Chilena y nuestra primera visita es una pingüinera en el seno de Otway. En octubre todavia no hay muchos, pero hemos tenido suerte y nos encontramos con una treintena, al menos los que se dejan ver. Ahora la mayoria son hembras y están vigilando las madrigueras donde dejan los huevos. Son pinguinos magallánicos, son pequeños y con cara de simpáticos, andan como torpes, como mi sobrino Tomás. A mis tres sobrinos les hubiera encantado ver este espectaculo.
Por la tarde llegamos a Punta Arenas, la capital de la región. Aqui toca probar el marisco chileno. Cenamos en un restaurante recomendado por Paula y por la Lonely Planet. Chupes de centolla y ostiones con un vino blanco chileno y una buena conversación. Os aseguro que gastamos muy bien estos últimos pesos chilenos.
A la mañana siguiente cruzamos el Estrecho de Magallanes y volvemos a estar en Argentina. Dejamos el continente americano y entramos en la Isla de Tierra de Fuego.Despues de parar en el camino para comer llegamos al Lago Escondido. donde dormimos en cabañas en la misma orilla. He cogido la cámara y me doy una vuelta por los alrededores pero empieza a llover. Vuelvo a la cabaña. Se está calentito, y desde los dos ventanales veo el mejor documental de la naturaleza mientras escucho Lágrimas Negras.
Hoy es la última cena con Nano, mañana se vuelve para la Península Valdés. Como despedida tenemos cordero fueguino. Un buen final para quien se ha comportado como uno más de nosotros, todo y que le ha tocado trabajar.

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