miércoles, 24 de agosto de 2011

Berlín, parte 2

Dicen que hay que aprender la lección. Que la historia no ha de repetirse. Sólo hay que dotarla de significado. Tal vez por eso, Berlín recuerda a cada rincón que es lo que pasó en este país. Aunque tal vez no sea tan necesario, la historia de Alemania es tan, tan reciente, que es difícil no recordar. Pero lo que más sorprende es como puede nacer de nuevo , esa capacidad de rediseñarse. Pero si uno lo piensa, no lo tenían muy difícil, esta es tierra de genios como Lucien Freud, Ernst Lubitsch, Helmut Newton, los hermanos Grimm, Albert Einstein o Marlene Dietrich. Por Berlín es fácil pasear e ir hilvanando los capítulos de su historia: el nazismo, la guerra fría, el bloqueo, el muro.... A mi especialmente me ha gustado el significado del edificio de la Nueva Guardia, en cuyo interior se puede ver una escultura, una pietat, una madre sosteniendo a su hijo muerto. Me contaron la historia. La escultura es de Kathe Kollwitz, quien vivió dos guerras mundiales, en la primera perdió a un hijo, en la segunda a su marido, y a su nieto. Esta escultura tiene un lucernario abierto, cuando llueve, la única que se moja es la escultura y parece que llora. Bajo la escultura hay cuatro cuadrados , en ellos se guarda tierra de 9 campos de batalla, 9 campos de concentración, las cenizas de un soldado desconocido y las de un preso de un campo de exterminio. Tal vez no sea tan impresionante como el Monumento al Holocausto (construido encima del bunke donde se suicida Hitler) con sus enormes bloques de granito , pero para mi es mucho más sentido. Como emociona oir las historias de la gente que del día a la mañana (eso tardaron en levantar el muro) se quedaron sin ver a hijos, familiares o amigos. O más todavía, las historias de los que se las ingeniaron para saltarlo, como la famosa foto del soldado que salta la alambrada aprovechando que su compañero, con quien hace la guardia para que nadie escape, está despistado.
Este agosto se han cumplido los 50 años de la construcción del muro. Y ahora mismo en muchos puntos de la capital alemana hay exposiciones. Un buen momento para ir.




martes, 23 de agosto de 2011

Berlín, parte 1

Hay ciudades que viven de su historia. Ciudades que son lo que son por lo que fueron. Pero, llego a Berlín y me encuentro una ciudad que es lo que es, porque su historia es todavía su hoy. No hace mucho el alcalde de Berlín dijo aquello de: Berlín es pobre pero sexy. Y sólo hay que pisar sus calles para dejarse seducir por una de las urbes con más encanto de toda Europa. Una ciudad destruida y reconstruida como un Legoland gigante. Yo sólo he estado cinco días pero prometo que volveré, porque Berlín es inabarcable y quedan pendientes mil cosas. Pero os dejo unos apuntes rápidos e imprescindibles por si os sirven de ayuda.

El primer día se debe hacer una visita guiada para comprender a pie de calle los porqués de esta ciudad. Os recomiendo la agencia Cultourberlin y el guia Ricard. Salen todos los días visitas guiadas diferentes a las 10 de la mañana en la Torre de TV de Alexanderplatz. Hay un tour básico, pero otros muy recomendables como el especial Guerra Fria y Muro, campo de concentración de Sachsenhausen, o el del barrio judío.

Si os interesa la arquitectura dar una vuelta en barco por el Spree. Os hacéis una idea de la ciudad y es un paseo muy agradable. Y ya, con una visión en conjunto, estáis preparados para perderos por la ciudad.

Aprovechar la excusa de estar en Berlín para romper la dieta y beber cerveza y comer salchichas, como la popular currywurst, pero hay otras cocinadas con cerveza o vino que están de impresión. La guarnición con chucrut o puré de guisantes también muy aconsejables. No dejar de probar el eisbein (codillo de cerdo) y una especie de albondigas gigantes, las verhandlungs. Recomiendo cenar una noche en Zeugen Aussage, el sitio es muy auténtico. Tampoco olvidar probar el pastel de manzana, el strudel de manzana. Comer es barato, pero las bebidas, ya sea agua, cola o cerveza no bajan de los 3 euros.

Pasear en bici o caminando por el Tiergarten, antiguo pabellón real de caza y verdadero pulmón verde que los berlinese saben disfrutar. No volver sin echar la siesta en alguno de los rincones de este macro jardín. Pasear también por las orillas del rio, donde las hamacas de los barecitos que ponen en verano invitan a quedarte. A los berlineses les encanta tomar el sol al lado del rio.

Reservar la visita a la cúpula del Reichtag, diseñada por Norman Foster, días antes de ir a Berlín, es difícil conseguir entrada si es verano. Berlín está petado de turistas.
Bueno, mañana os hablo de más cosas: del muro, del holocausto, de la mania de los berlineses por disfrazarse los fines de semana....