viernes, 10 de diciembre de 2010

QUE COMEN LOS SUECOS

Evidentemente no puedo dejar de hacer una crónica gastronómica de este pequeña visita a este país nórdico. Como en el resto de Escandinavia, en Suecia los ingredientes estrella son el pescado ahumado y los arenques, y en cuanto a carne las albóndigas (kötbullar) y el reno asado, que no he tenido la ocasión de probar. Siempre hay que dejar algo para probar para la segunda vez ( esto no sólo vale en el tema comida).
Lo que si que probé fue el salmón (lax), en diferentes variedades y el arenque. Y otra cosa que no hay que perderse son los estupendos panes negros de mil variedades, sabores y formas. Así como las deliciosas galletas de canela o jengibre.
En Estocolomo fuimos a cenar al Drottninghof en Drottninggatan, 67. Gracias al camarero portugués pudimos descifrar la carta y averiguar qué ibamos a cenar. Pero mi recomendación es para un restaurante de Goteborg o Goteburgo,la segunda ciudad de Suecia, una ciudad portuaria a tres horas en tren desde Estocolmo. Viaje muy recomendable por el paisaje, ahora totalmente blanco por la impresionante nevada.
Goteborg tiene un mercado de pescado llamado el templo o la iglesia del pescado, o Feskekyran. Es un edificio singular que acoge en su interior los puestos de pescado y marisco que se pesca en las heladas aguas de Escandinavia. En este mercado hay un restaurante en la parte de arriba que se llama Gabriel, está incluido en la guía Michelín y aunque es muy informal por el sitio donde está ubicado , es un restaurante de primera por la calidad del producto, no hay que dejárselo perder.
Si se quedan sin materia prima, ellos mismos bajan al mercado a por más mercancía. Un gusto. Comí una crema de langosta que todavía saboreo gracias a la reminiscencia del sentido del gusto que tengo muy entrenada. Era una textura perfecta con un tropezón gigante en forma de molla de langosta y una pelota de queso fresco tipo mantequilla que se deshacía en el impresionante cuenco (para mi que había casi un litro de sopa). Deliciosamente espectacular. No dejar de probar si tenéis ocasión los mejillones, los arenques fritos y una especie de quisquillas que hacen con una crema de queso y patata. Para beber pedir sidra, buenísima, fina , fina. No es barato, pero nada en Suecia lo es. Pero vale la pena el homenaje.
Tanto en Estocolmo como en Goteborg hay muchos mercados reconvertidos en mercados delicatesen con barras donde degustar sus productos. Por fuera son arquitectónicamente muy interesantes y por dentro un placer para todos los sentidos.

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