Hoy toca el turno de la catedral, la Sé. Se alza en la ladera rocosa con sus torres gemelas disputándole el protagonismo a la Torre dos Clérigos. Poco queda de su estilo románico con los posteriores añadidos barrocos, pero no perderos el claustro.
Desde la muralla de la catedral podemos ir bajando por las callejuelas del barrio da Sé hasta la Ribeira.
Cuando llegamos bajo, a orillas del Duero se despliega toda una infinita oferta de restaurantes. Es hora de probar un sabroso bacalhau, un caldo verde, su variedad de quesos como el saloio,el cabreiro o el Azeitao, o una francesinha.
Cuando llegamos bajo, a orillas del Duero se despliega toda una infinita oferta de restaurantes. Es hora de probar un sabroso bacalhau, un caldo verde, su variedad de quesos como el saloio,el cabreiro o el Azeitao, o una francesinha.
Después d comer es el mejor momento para coger el crucero de los seis puentes. Un paseo donde disfrutar de las vistas más universales de Oporto, las de la Ribeira.
Y nos quedamos al otro lado del barrio portuario, en Vila Nova de Gaia, donde están las bodegas donde envejece el famoso vino de Oporto. En el XVII los ingleses tenían mal lo de importar burdeos por las constantes guerras con Francia y miraron hacia Portugal. Pero claro estos vinos soportaban mal cruzar el Atlántico y los comerciantes "guiris" le añadieron aguardiente. Y así nació el Oporto , un vino encabezado, cuyo comercio en el XVIII fue clave para el desarrollo de toda la región.
En Gaia se concentran las grandes bodegas de este vino : Calem, Ferreira, Sandeman. Imprescindible hacer alguna cata y tomarte un twany, o un ruby.
Y ya de vuelta cruzar andando el Ponte de Dom Luis I con su impresionante doble estructura de metal, construido por el colaborador de Gustave Eiffel.
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